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LA MUJER DEPORTISTA: UNA LUCHA HISTÓRICA QUE CONTINÚA

La combinación mujer y deporte a lo largo de la historia ha sido un binomio poco reconocido por la sociedad. Originariamente el deporte fue concebido como una práctica excluyente, tanto porque pretendía ser un símbolo de exclusividad social como porque únicamente podía ser practicado por los hombres. De esta manera, el deporte se constituyó en un paradigma totalmente masculino, que situaba a las mujeres en una condición de inferioridad y exclusión total.

Los diversos estudiosos coinciden en destacar que la creación del deporte en la Inglaterra del siglo XIX estuvo irrefutablemente condicionada por el ideal social victoriano, marcado por una fuerte impronta de carácter varonil y, por tanto, por un estilo de vida que mantenía a las mujeres al margen de estas nuevas prácticas de ocio.

Cualidades como la fragilidad, la elegancia, la delicadeza, la dependencia y la sumisión venían ligadas al concepto de feminidad en la sociedad victoriana; unas cualidades, además, antagónicas a las que se pretendían desarrollar en el deporte por aquél entonces (virilidad,hombría o fuerza) y que todavía hoy hacen amago de estar presentes en muchos aspectos de nuestras vidas.

Esta desigualdad entre hombres y mujeres queda reflejada en el acontecimiento deportivo más importante del siglo XIX: la creación de los primeros Juegos Olímpicos. Se celebraron en Atenas en 1896 y las mujeres quedaron totalmente excluidas de la participación. Cuatro años más tarde, en los Juegos Olímpicos de París (1900), se permitiría a las mujeres participar por primera vez, aunque únicamente en tres disciplinas: golf, tenis y croquet, deportes que cumplían con los supuestos estándares de feminidad de la época. De los 997 atletas presentados, únicamente 22 eran mujeres.

 

El Barón Pierre de Coubertin, creador de los Juegos, se opuso hasta el día de su muerte a que las mujeres pudieran participar, ya que consideraba que su intervención en las actividades deportivas debía limitarse a la coronación de los ganadores.

Con el paso de los años, las mujeres han ido incorporándose progresivamente a la práctica de deporte; tanto que en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 por primera vez todos los países tuvieron a una mujer compitiendo por su bandera. Además los 204 equipos competidores incluían mujeres. También en estos juegos fue cuando por primera vez las mujeres españolas consiguieron más medallas que los hombres (11 de las 17 totales), un dato histórico y hasta entonces impensable.

Aun así, las desigualdades entre hombres y mujeres siguen siendo una realidad en el mundo deportivo.

LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA MUJER

En el deporte los estereotipos existentes se encuentran mucho más acentuados, confundiendo las diferencias anatómicas y biológicas con las posibilidades reales de cada uno de los sexos. Un claro ejemplo de ello es el nacimiento de la gimnasia femenina, la cual se desarrollará a partir del estereotipo de feminidad y que, precisamente, buscará potenciar los valores y actitudes considerados propios de la mujer, como la expresividad o la suavidad, dejando a un lado las actividades consideradas como más peligrosas o violentas asociadas a la masculinidad.

Las construcciones sociales que a lo largo de la historia se han hecho sobre el concepto de mujer deportista, han impedido y limitado a las mujeres a la hora de practicar ejercicio de forma regular y con cierta intensidad, lo que ha desembocado en unas expectativas sociales muy diferentes sobre las actividades y roles a desempeñar de cada uno de los sexos. Uno de los estereotipos más presentes en las actividades físicas es el de considerar que existen deportes más apropiados para mujeres que para hombres, donde intervienen, una vez más, los roles impuestos para cada uno de los sexos a lo largo de la historia.

Aunque la presencia de deportistas femeninas en la actualidad ha crecido en prácticamente todas las disciplinas deportivas, todavía nos queda un largo camino por recorrer, sobretodo en lo referido al reconocimiento social y la repercusión mediática. Pocas mujeres son capaces de vivir del deporte y muchas de ellas se ven obligadas a elegir entre continuar con su carrera deportiva o tener hijos. El apoyo que reciben para salir adelante en la mayoría de ocasiones es insuficiente y gran parte de las atletas de élite lo tienen muy difícil para poder vivir únicamente del deporte, pues muchas de ellas lo practican de forma vocacional, a cambio de material deportivo (no en todos los casos) o por un pequeño salario simbólico que, en ningún caso, supone una estabilidad económica.

CAMINO HACIA LA IGUALDAD
El último el Anuario de Estadísticas Deportivas 2016 publicado por el Ministerio de Cultura y Deporte, indica que el 78,5% de las licencias federativas corresponden a hombres, frente a un 21,5% que corresponden a mujeres. En cuanto al número de deportistas de alto nivel,también se observan notables diferencias entre hombres y mujeres.

La práctica de deporte está más o menos a la par, aunque la de los hombres sigue siendo superior (50,4%) frente a las mujeres (45,5%). Este dato es muy destacable, ya que en el año 2010, únicamente un 28% de las mujeres practicaban deporte, mientras que el porcentaje de hombres que lo practicaban era de 45,4%. En cuanto al empleo vinculado al deporte, nos encontramos con que, una vez más, el porcentaje de hombres que se dedican profesionalmente al deporte es más elevado (54,6%) que el de las mujeres (45,4%).

 

Está claro que las mujeres poco apoco se están ganando un hueco más que merecido en el mundo del deporte, aunque las desigualdades siguen presentes. Uno de los principales problemas es que estamos intentando avanzar bajo unas condiciones y unos modelos masculinos, lo que lleva muchas veces a que las mujeres se planteen si realmente es necesario demostrar que pueden estar a la altura de las exigencias marcadas por la sociedad, en virtud de unos patrones que el propio status del deporte y la sociedad le han impuesto.

Ruth Beitia, campeona olímpica Río 2016. Fotografía El Español
Lidia Valentín, medalla de bronce en Río 2016. Fotografía Diario Sur

Gráfico elaboración propia basado en los datos del Anuario de Estadísticas Deportivas 2016

Gráfico de elaboración propia basado en los datos del Anuario de Estadísticas Deportivas 2016

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